Gozar de una comunicación satisfactoria con la comunidad de estudiantes permitirá lograr su desarrollo económico y social.
El estudiante es la razón de ser de la universidad: sin él, la universidad no existiría. Por ello, cuidar de los alumnos, conectar y comunicarse satisfactoriamente debe convertirse en la prioridad de cualquier centro universitario.
Ya no solo se trata de adaptarse a sus necesidades, sino de proporcionar a cada uno la capacidad de involucrarse en los procesos de creación y de participación colectiva de la institución.
Con ello damos al estudiante un rol principal en el que se sienta partícipe e implicado, situándole en el epicentro de su comunidad y fomentando a que contribuya a su mejora.
Pero, ¿qué es lo que se debe hacer para conseguirlo?
1. Fortalecer todas las conexiones entre ellos y con el centro
Debe construirse un vínculo que haga que los estudiantes se sientan afines al mensaje y a la filosofía del centro universitario para que se sientan implicados en él.
Conseguir una comunicación gratificante requiere de interrelación entre ellos y con el centro para que se perciban conectados y escuchados. De la intervención directa de los estudiantes pueden surgir mejores oportunidades y recursos.
Si se instaura una cultura colaborativa y de cooperación, se reforzará la confianza en la institución y el nivel de motivación de los alumnos, aparte de incrementar notablemente, les dará paso a entablar mejores relaciones y ampliar su red de contactos.
Y esto es vital para el entorno. La carrera profesional de los alumnos depende directamente de la red de contactos que estos hagan. El networking contribuye al desarrollo porqué amplía y profundiza las capacidades humanas, y para potenciarlo es importante que todos los miembros de la comunidad tengan oportunidad de realizarlo y ampliarlo.
2. Hacer accesible la información
Es necesario informar al estudiante no tan solo de los acontecimientos sociales, o de los temas del día a día académico, sino que deben ser en cierta parte partícipes de lo que sucede socialmente en su entorno.
3. Abrir canales eficientes de comunicación. Mobile-first
Conseguir los puntos anteriores es sencillo si el centro cuenta con los canales adecuados. Pero adaptar el contenido a plataformas multisoporte como el correo electrónico ya no es suficiente debido a los bajos ratios de lectura que ofrecen.
De esta manera, las universidades deben aprovechar las oportunidades tecnológicas presentes para utilizar herramientas de comunicación que estimulen a los estudiantes. Con ello, el mensaje no solo será más atractivo y dinámico, sino que llegará mejor.
Hablamos en artículos anteriores de la necesidad imperiosa de modernizar los canales informativos universitarios a través de la digitalización, así que se debe apostar definitivamente por complementar las vías actuales de información.
Así pues lograr el bienestar comunicativo también depende de saber adaptarse al contexto, por lo que implantar nuevas soluciones digitales resulta inaplazable para la mejora integral de la universidad en un contexto en el que todo está en continuo cambio.
Solo de esta manera se logrará instaurar un estado de bienestar comunicativo que, consecuentemente, satisfaga a los estudiantes que participan en él y les haga sentir parte del presente y del futuro de la universidad.
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